viernes, 11 de junio de 2010

José Agustin Arrieta




Agustín Arrieta, pintor costumbrista del Siglo XIX




Reconocido pintor nació en 1803 en la población de Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala, México. Hijo de Tomás Arrieta, vasco, y de María Rita Fernández, pero desde muy pequeño radicó en la ciudad de Puebla, cuna de muchos intelectuales y artistas, en donde creció, se educó y estudió dibujo y pintura hasta convertirse en un destacado retratista y pintor de bodegones, conocidos en esa época como “cuadros de comedor”. Aunque es más conocido por sus cuadros costumbristas, que ejecutó con evidente especial motivación, como lo muestra la riqueza de detalles que en ellos plasmó en las escenas de plazas, tabernas y cocinas. En estas escenas, las mujeres aparecen casi siempre ataviadas como “chinas”, atuendo propio de la mujer del pueblo, con sensuales vestidos que hacen resaltar su frondosidad y femenina coquetería, acentuada con pendientes, collares, encajes y chalinas bordadas.

En algunas pinturas, el artista hace alarde de las frutas que se producen en México, como las tunas, pitahayas, limas, mameyes, piñas y papayas, acompañadas por botellas de vino o de champaña y sus copas de cristal importado, junto con ollas de barro y canastas de mimbre.

De Arrieta, cuyas escenas populares son de lo más bello y original de su paleta, se ha dicho que tiene mucha semejanza con Goya, por su luminosidad y gracia. En la Academia de San Carlos, en la ciudad de México, se admiran algunos de los lienzos de Arrieta enriquecidos con estos elementos populares. Allí están las clásicas y señoriales cocinas de Puebla con sus enormes braceros forrados de azulejos en cuyas rojizas hornillas hierve el rico y olorosos mole poblano de guajolote y en la pared cuelga el “trastero”, cuajado de ollas de todos tamaños.


Se desconoce la fecha de la muerte de Arrieta pero se dice que en 1873 aún vivía, aunque muy mermado en sus facultades. Tal vez su mayor mérito, mientras existió, fue que supo ilustrar en sus lienzos la vida de entonces. Supo historiar con sus pinceles las costumbres regionales de su tiempo.
COMENTARIO: Arrieta era admirable por plasmar en sus lienzos grotescos y raros personajes. Estudió dibujo y pintura hasta convertirse en un destacado retratista y pintor de bodegones, conocidos en esa época como “cuadros de comedor”, Aunque es más conocido por sus cuadros costumbristas.

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